viernes, 10 de septiembre de 2010

¿CAMBIAR O NO CAMBIAR?

¿Cómo nos tomamos los cambios? ¿Por qué hay personas que fácilmente se adaptan a nuevas situaciones y otras sufren por el más pequeño movimiento en sus vidas, ¿es que acaso, el ser humano no ha estado sometido continuamente a variaciones en su forma de vida, ideas, costumbres, hábitos? ¿Somos más felices cuando hacemos lo mismo de siempre?


Cuando hacemos algo rutinario tenemos la sensación de control y eso nos permite ocupar nuestra mente en otras cosas o simplemente desconectar, pero sobre todo, nos permite descansar, relajarnos. Luego, es posible que esa sensación de control sea la que satisface completamente a aquellos que son muy felices en su rutina.

Al contrario, cuando hacemos una actividad nueva, nuestro cerebro tiene que ser más activo, ya que una tarea nueva requiere más atención y por tanto, estamos más tensos, con más posibilidades de equivocarnos. Se genera por tanto un nivel de estrés que para algunas personas puede percibirse de forma negativa. Otras personas sienten una gran satisfacción cuando se ponen a prueba, cuando exploran, cuando se someten a nuevas situaciones. Es la satisfacción por el logro. Cuando hacemos siempre lo mismo el grado de satisfacción por haberlo logrado no es igual que cuando lo que hacemos es algo novedoso.

Todo depende de la idea que tengamos cada uno de nosotros de lo que significa ser feliz. Y no cabe duda de que, pueden ser conceptos completamente diferentes. ¿La felicidad llega o se construye? Algunas personas son felices porque viven placenteramente y esperan que lleguen las pequeñas satisfacciones a su pequeño espacio. Sin embargo otras necesitan salir a buscarla, probar lugares nuevos y nuevos estímulos. Quizás sea esa necesidad de cambio lo que hizo que el ser humano evolucionara.

sábado, 15 de mayo de 2010

LA TEORÍA HUMANISTA DE CARL ROGERS (1902-1987)

Rogers resaltó la tendencia del organismo hacia el crecimiento personal.


Su teoría se basa en los siguientes postulados:

• Visión holista y optimista del ser humano.

• El objetivo de la Psicología Humanista es comprender y mejorar la personalidad.

• Todas las personas tienen un potencial de crecimiento y el fin de la persona es el desarrollo de sus capacidades positivas.

• El eje vertebrador del comportamiento son los procesos motivacionales.

Para Roger lo que diferencia a una persona sana de otra desadaptada es la calidad de la relación entre su yo (ideales, valores, expectativas, intereses) y su experiencia.

La personalidad madura y equilibrada es el resultado del proceso de autorrealización, es decir del proceso de convertirse en persona.

Esto supone cultivarse, crecer y madurar en armonía. Luego, aunque pueda parecer un proyecto a largo plazo, no es así,  significa saber vivir el presente.

La autorrealización no es un fin sino un proceso: es saber disfrutar de la vida; aceptarse sin apartar la posibilidad de cambiar; valorar lo que uno piensa y siente; ser independiente, valorar las relaciones con los demás sin someterse a sus expectativas, resolver adecuadamente los conflictos; y además, es aceptar la responsabilidad de la propia vida.

lunes, 29 de marzo de 2010

SER SUPERDOTADO HOY

Hasta hace poco la educación especial se contemplaba exclusivamente para niños y niñas con discapacidades. Se entendía que alguien con altas capacidades no necesitaba ayuda. Sin embargo hoy se sabe que son muchas las personas superdotadas que fracasan si no reciben una atención especial o simplemente no son comprendidas.
El estar 
por encima de los intereses propios de su edad hace que a veces, se les rechace o que se aíslen en su mundo interior. En ocasiones las clases ordinarias les parecen aburridas y terminan por presentar comportamientos inadecuados o disruptivos. Pueden parecer distraídos, arrogantes, raros. Pueden caer en la desmotivación y en el abandono. Durante sus años en la universidad, Albert Einstein pasó un verdadero calvario, ya que casi todas las asignaturas no le despertaban ningún tipo de interés y le quitaban las ganas de seguir adelante. La situación llegó a tal extremo que, años después, él mismo reconoció que había estado a punto de abandonar la física.
A la hora de 
integrarse en su grupo escolar pueden ser vistos como “cocos” con su velocidad de cálculo y sus conocimientos. A veces, los educadores les hacen sentir que su presencia les resulta incomoda. Todo conduce a que vaya bajando progresivamente su nivel de autoestima, intente ocultar su verdadera capacidad, cambie de personalidad y, en definitiva, provoque la aparición de conflictos internos de gravedad variable.
Evidentemente no todo es negativo, el niño
o niña con altas capacidades posee múltiples características que le harán sentirse bien consigo mismo. Los superdotados, por norma general, se muestran más sensibles a temas propios de edades superiores. Se preocupan por cuestiones morales o de justicia, desarrollan mucho más su imaginación y tienden al perfeccionismo. Aunque para que estas peculiaridades se conviertan en virtudes, precisan lograr el equilibrio emocional adecuado.
Existen diversidad de 
opiniones y modelos educativos para dar respuesta a este alumnado. En algunos países se les ingresa en centros especiales donde se pretende desarrollar al máximo sus capacidades. En otros entre los que se encuentra España se intenta abordar su educación bajo el principio de la normalización, es decir, se les incluye en el sistema ordinario pero con adaptaciones curriculares o programas que les permitan avanzar a su ritmo.
Existen tres tipos de intervención:
• Adelanto de uno o dos cursos dependiendo del desarrollo emocional y social que presente.
• Programas de ampliación o enriquecimiento curricular.
• Programas avanzados específicos y extraescolares que les facilita el conectar con alumn
ado de sus mismas aptitudes e intereses.
Lo más importante en cualquier intervención educativa es  partir de
l conocimiento del alumnado en cuestión, para orientar su educación hacia el aprendizaje significativo y al ritmo que permita su capacidad, marcándose retos, con el objetivo de obtener la satisfacción por aprender y sin olvidar a la persona, de forma que también se les ayude a interactuar con otras personas, a disfrutar de la vida poniendo los ingredientes para un buen desarrollo de su competencia social y emocional.
 En este país se ha optado por la modalidad anterior pero, ¿qué pasaría si se crearan escuelas de superdotados? ¿Es el modelo actual el más adecuado?¿Está la escuela preparada para abordar este modelo de intervención con
alumnado de altas capacidades?
Algunos superdotados, nos pueden sorprender por su gran capacidad intelectual, casos reales que podemos ver aquí.
Por último, si quieres realizar un test clásico de inteligencia entra en el  Raven

sábado, 6 de marzo de 2010

LA MEMORIA

La memoria es una de las capacidades más importantes en la evolución humana.

La hace más potente aun la interacción con otras funciones como
• el razonamiento,
• el lenguaje
• y la percepción.

Se puede clasificar teniendo en cuenta
• el canal de información,
• el tiempo en que permanece almacenada
• y los códigos que utiliza.

Además abarca un continuo que va desde las sensaciones hasta las emociones.
Si conocemos como funciona podremos hacer de ella un instrumento más eficaz.

martes, 2 de marzo de 2010

¿IMAGINACIÓN O PERCEPCIÓN?

Nuestros receptores sensoriales captan los estímulos (mecánicos, electromagnéticos o químicos) y lo transforman en impulsos nerviosos que las vías aferentes llevarán al centro de procesamiento. Es en nuestro cerebro donde percibimos, donde interpretamos la información recibida. Dependiendo de la sensibilidad de nuestros receptores captaremos una realidad y no otra.

Imaginemos por ejemplo: ¿Qué ocurriría si pudiéramos oír en cada momento el sonido de nuestro corazón o de nuestro músculos al moverse?, y ¿si pudiéramos captar un umbral mayor que nuestro espectro visible?, por ejemplo, las ondas ultravioleta o infrarroja o más aun, visión con rayos x. No cabe duda de que la realidad sería muy diferente.

Aunque lo que percibimos no sea una interpretación exacta de la realidad, le da sentido y, sobre todo, es tremendamente útil y necesario para vivir. Si percibimos un conjunto de sonidos nuestro cerebro reconstruye la armonía, busca en su archivo sonidos similares y lo reconoce como música. Si el sonido es un grito nuestro cerebro lo interpretará como amenaza y nos pondrá en alerta. Si lo que captan nuestros sentidos tiene interés para nosotros porque, por ejemplo, supone cubrir una necesidad biológica, la captaremos con más rapidez. Si lo que captamos es un sabor amargo rápidamente lo interpretaremos como algo perjudicial. Es por tanto una herramienta eficaz para nuestra supervivencia. Y aunque el receptor no sea tan potente nuestro cerebro suple sus propias limitaciones. Lo que lo hace una herramienta ilimitada.

Pero, nos podemos preguntar:¿por qué este título? “¿Imaginación o percepción?”. La inexactitud de nuestra percepción, la cual es más una virtud que una incapacidad, hace que completemos aquello que no llegamos a captar del todo, generando y proyectando nuestra imaginación según los esquemas proporcionados por nuestra experiencia. Es decir, imaginamos lo que percibimos y percibimos lo que imaginamos. No veríamos al dálmata si no tuviéramos una experiencia anterior de este animal.

A veces, percibimos de forma ambigua o distorsionada, interpretando situaciones que no son ciertas. Según su intensidad estaríamos hablando de normalidad o patología. Cuando el origen está en el propio estimulo, se trata simplemente de ilusiones ópticas y cuando su origen es el mal funcionamiento de nuestro cerebro estaremos hablando de las alucinaciones. Pero sin ser tan radical hay un sinfín de situaciones de la vida cotidiana que percibimos de forma errónea y que nos puede generar algún que otro conflicto, si nos creemos todo lo que percibimos.
Conocer más sobre: percepción visual 
El cerebro construye la realidad

domingo, 24 de enero de 2010

El encéfalo: el gran motor de nuestro comportamiento.

Hoy todos sabemos que el encéfalo es el que dirige el funcionamiento de nuestro cuerpo. Los científicos investigan para saber cuáles son las claves fisiológicas del comportamiento humano y parecen llegar a un mismo punto: no existen diferencias importantes entre unas personas y otras.  Si sustancialmente somos todos tan iguales, ¿cómo es posible que nuestros comportamientos sean tan diferentes?


Todo comienza con los genes. Se forma un nuevo ser con características de dos seres diferentes. Luego, en el vientre materno, las neuronas mientras se desarrollan, se ponen en funcionamiento originando modelos de circuitos mentales.

Al nacer tenemos 100.000 millones de neuronas y hasta este momento el cerebro ha construido muchísimos  circuitos entre ellas que podrían ser útiles. El cerebro de un bebé produce billones de conexiones más de las que puede utilizar. Este proyecto original se podrá perfeccionar o no, dependiendo de las experiencias sensoriales que ofrezcamos a la persona. Y es aquí donde se produce la gran diferencia. Así pues, dependiendo de las experiencias que tengamos en nuestra vida desarrollaremos unas conexiones neuronales que nos harán más hábiles, racionales, sociables, agresivos o temerosos.

Las conexiones que no se usan desaparecen y lo hacen de forma masiva hacia los diez años. Estas conexiones, que se han desarrollado en la infancia, permanecerán en la edad adulta.

Pero esto no significa que no se pueda cambiar, la máquina del cerebro no es rígida e invariable sino que es flexible, y esa plasticidad le permite cambiar dependiendo del entorno, y cambiar por sí misma, autorregularse y autoconstruirse.
Luego, es la experiencia la causa de la variabilidad comportamental humana.

Teniendo en cuenta esto, ¿Podemos ser más inteligentes, hábiles motrizmente o sociables controlando nuestras experiencias?, ¿cómo podemos desarrollar al máximo nuestras potenciales capacidades?

Tener el cerebro preparado al nacer para aprender cualquier cosa supone cuestionarnos:



¿Qué consecuencias tienen estos descubrimientos para la educación?
¿Es la escuela el contexto adecuado para desarrollar ese potencial?
¿Es necesario que exista la escuela tal y como la entendemos?
¿Qué finalidad debería tener la educación?, ¿para qué enseñar?
¿Cuándo debe empezar la enseñanza?, es mejor desde los primeros días de vida, ¿o no?


Y qué ocurre con los niños que tienen alguna discapacidad:


¿Se debería educar de forma diferenciada?
¿Deberían estimularse zonas cerebrales específicas?


Y por último, ¿educar a todos por igual nos hace realmente mejores o es preferible educar en la diversidad?