Si
hacemos un recorrido por el cine encontraremos muchas historias sobre personas
que sufren algún tipo de trastorno de personalidad, historias que reflejan el
interés por la mente y se adentran en el conocimiento de la psicología humana.
En
Vértigo, Alfred Hitchcock nos acerca a la impotencia y vulnerabilidad producida
por un tipo de fobia. Vértigo
El
personaje que en Annie Hall, Woody Allen interpreta, podría ser un ejemplo de una
persona que sufre un trastorno de ansiedad generalizada. Pensar que un leve
dolor de estómago es fiel reflejo de un cáncer, que la tercera guerra mundial
va a estallar encima de tu cabeza, que tu familia va a morir por un accidente
de tráfico o que cualquier terrorista va
a poner una bomba en tu oficina, no es algo que le ocurra a todo el mundo sino
que son las manifestaciones de un trastorno. Annie Hall
El
papel de Nicole Kidman en las Horas muestra lo que puede significar tener una
depresión: Sentir una tristeza profunda sin un motivo aparente; la disminución
del interés o la capacidad para el placer; la insatisfacción por la propia vida; tener sentimientos
de culpabilidad continuos; pérdida del apetito; insomnio o hipersomnia; pérdida
de la energía; y por último, pensamientos recurrentes de muerte. Las Horas
En
mejor imposible, Jack Nicholson
representa un papel formidable de lo que podría significar tener un
trastorno obsesivo compulsivo. Es extremadamente cuidadoso con los gérmenes
hasta tal punto que lleva guantes y sus propios cubiertos al restaurante donde
almuerza. Pero, lo que es aun más extremo, solo puede estar bien si es la misma
camarera la que le sirve. Su casa esta impecablemente desinfectada. En la calle,
lo pasa realmente mal intentando esquivar cualquier lugar infectado; trata de
llevar una vida normal en apariencia,
pero para los demás es un “chalado”. Mejor imposible
Desde
el mundo del cine, se muestran estos trastornos dándoles humor, dramatismo o
suspense, y sobre todo, glamur. Por supuesto, no tiene nada de glamuroso para
aquel que lo padece en la vida real, es más, las enfermedades mentales siguen
siendo desconocidas para muchas personas, un tema tabú para otras y las
personas que las padecen todavía siguen siendo estigmatizadas.
De
lo normal a lo patológico no hay más que un trecho. Todos nosotros somos vulnerables y podemos
sufrir algún tipo de trastorno psicológico en nuestra vida. Conocernos nos
permite saber de nuestros puntos fuertes y débiles, de los rasgos que nos
facilitan o dificultan en las relaciones con los demás. Desde los antiguos griegos
ya existía el clásico aforismo “conócete a ti mismo” y es que conocer nuestra realidad
interior nos hace acercarnos a la plenitud y como no, a la felicidad.
Para
conocer una parcela de tu realidad interior puedes realizar un test de
personalidad. Entre los más usados se encuentra el 16 PF de Cattell. En el
siguiente enlace puedes encontrar un test on line basado en éste clásico de
Cattell (16PF). También si lo prefieres puedes conocer una de las técnicas proyectivas más conocidas, el Rorschach