Los primeros
humanos, antes de que evolucionara el lenguaje, se comunicaban por medio de los
gestos y la emisión de sonidos. Los animales continúan comunicándose de esta
forma, algunos con unos sonidos realmente complejos o inaudibles para nosotros.
Nos comunicamos de forma parecida a los animales, pero con la evolución de la
palabra, una construcción con infinitas posibilidades, hemos relegado al inconsciente los recuerdos
de aquel lenguaje primitivo. Esto no significa que lo hayamos dejado de usar.
Existen diferentes estudios sobre este aspecto.
Otras investigaciones se han centrado en analizar los gestos en diferentes situaciones. Uno de los clásicos
es Paul Ekman que desde 1953, junto a Wallace Friesen han
analizado todos los movimientos corporales en diferentes experimentos. Uno de los
más famosos tenía como propósito tratar de aprender algo acerca del engaño. Cuando una persona miente, ¿cuáles son los detalles mínimos que la delatan? Todas las personas cuando
mentían realizaron menos gestos de los que habitualmente acompañan una
conversación, en cambio, la mayoría de los movimientos que hicieron tendían a
ser nerviosos o sobresaltados: se pasaban la lengua por los labios, se frotaban
los ojos, se rascaban, etcétera.
El alumnado del taller de psicología ha realizado un estudio sobre la comunicacioón no verbal en la cual han podido ejercitarse en todos los pasos que requiere una investigación, desde la búsqueda de información, el diseño, la recopilación de datos, análisis de los resultados, hasta la publicación de los mismos. ¿Las personas cuando mienten muestran un lenguaje corporal común?
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