martes, 4 de octubre de 2011

¿QUERER ES PODER?

¿Por qué hay alumnos que aún teniendo capacidad, no hacen nada por aprender? ¿Por qué les cuesta tanto ponerse a estudiar? ¿Por qué hoy aceptan un reto y mañana lo abandonan? ¿Por qué el profesorado cada vez tiene más difícil motivar a sus alumnos? ¿Por qué el alumnado no es capaz de encontrar el placer del éxito en el propio aprendizaje?



El alumnado, a principios de curso, suele estar motivado y con buenos propósitos pero, en algunos, rápidamente este entusiasmo se torna en disgusto, apatía, desinterés.  Entre otras cosas porque el interés hay que alimentarlo, es preciso tener constancia y perseverar en el intento. Muchos alumnos tienen baja tolerancia a la frustración y ante el fracaso, o la posibilidad de equivocarse, abandonan. El ser capaz de mantener la motivación, el conseguir perseverar, es lo que diferencia al alumno con éxito. La motivación de logro es lo que nos impulsa a finalizar nuestros proyectos.

Cuando los resultados son negativos, con frecuencia, el alumnado cambia sus expectativas y piensa que no va a poder lograrlo,  en esa reflexión muchas veces no es capaz de ver la necesidad de cambiar actitudes y hábitos ya que es más fácil rendirse que luchar.